lunes, 18 de julio de 2011

A 110 no, a 100 y a lo mejor a menos

Veintiséis muertos en un fin de semana, 26. La cifra es escalofriante y la gente sigue pidiendo que se quiten los límites de velocidad y que mejor a 140… ¿en este país? Ni de coña.

En España hay mucho hijo de puta suelto con un volante entre sus manos, que no es consciente de que está utilizando una máquina de matar que, si solo se matase él, pues mira, allá cada uno con su vida y sus actos, pero cuando hay otras vidas en juego, la cosa cambia.

He tenido la oportunidad de conducir en Alemania y allí, sin límite de velocidad, hay una diferencia fundamental y básica: la gente tiene educación, respeto y consciencia de lo que supone conducir. Y corren, ya lo creo que corren. El carril izquierdo de las autopistas alemanas está “reservado” para coches de gran potencia. Audis, Mercedes y BMWs reinan en ese carril y no tienen problema es pasarte a 200 kilómetros por hora. Claro, que si por necesidades de la conducción tienes que usar ese carril, levantarán el pie del acelerador, esperarán a que termines la maniobra, y cuando su carril esté despejado, volverán a su velocidad de crucero.

Aquí, en este país de pandereta, ocupar el carril izquierdo puede, y suele, suponer tener a un cretino pegado a tu culo, que te dan largas y, en consecuencia, terminar forzando una maniobra que puede desembocar en un accidente.

También soy de los valientes, no se nos puede llamar de otra manera, que atraviesan Madrid en un scooter. Cada día son varias las pifiadas de coches que, por distracción en la mayor parte de las ocasiones (móvil, pintarse los labios, buscar pasajeros…), a punto están de hacer que me vaya al suelo. La peor, quitando el día que tuve el accidente, fue en la calle Velázquez de Madrid, calle ancha (cinco carriles), en la que salvo momentos determinados, se suele circular con cierta fluidez. El hijo de puta de turno, tras equivocarse de giro, no tuvo otra idea que dar marcha atrás para volver a Velázquez. Juro, que si voy un poco más rápido o cinco metros más adelante, me mato. Después de pitarle y llamarle de todo, el desgraciado que conducía me pedía calma con la mano. ¿CALMA? “Si choco contigo lo arreglas con chapa y pintura, pero yo me mato, hijo de puta”.

Declaraciones de Ortega Cano a su salida del hospital

Y encima, si un presunto asesino (será condenado por homicidio imprudente) como Ortega Cano, sale del hospital y no se censuran sus declaraciones, pues no se da ningún ejemplo. Tras dar 1,25 de alcohol (2,5 veces la tasa permitida), a su salida del hospital dice “el toro más difícil de lidiar”. Hay que reconocer que lo clava, el resultado el mismo, un muerto. Y lo mínimo que tendría que hacer es callarse y no hacer ninguna declaración al respecto.

Así pues, como en este país no se es responsable de lo que supone conducir y llevar un coche y encima parece que cualquier medida que busca mejorar la seguridad y evitar muertos es un recorte de libertades, pues habrá que tomar otras medidas. Dar menos carnets de conducir, endurecer más las sanciones por alcoholemia e incluir cárcel a la mínima o cualquier otra cosa, porque con videos como los de abajo, no sé cómo la gente normal y responsable tenemos las narices de salir a la carretera.









lunes, 11 de julio de 2011

La Web 3.0 ya está aquí: características y rivales

La aparición de Google+ ha provocado que Facebook acelere el ritmo de sus novedades y que los gigantes de Internet afilen sus armas para competir por la fidelidad del usuario. Google por un lado, Facebook y Microsoft por el otro, buscan que los usuarios tengan todos los servicios posibles en una única web, de forma que editar un documento, ver un PDF, buscar una tienda en un mapa o hacer una videollamada, sea un simple click desde el perfil de Google + o de Facebook. ¿Quién será el ganador?

¿Qué es la web 3.0?

Hace menos de un año me preguntaron en un curso de la APM, sobre cuál sería el contenido de la web 3.0. En aquel momento, era difícil aventurarse a establecer unos rasgos de la denominada web 3.0, pero ahora, tras la guerra declarada de los últimos meses, parece claro.

Podría definirse a la web 3.0 como la unión de diferentes servicios bajo el nombre de un único sistema, con el objetivo de que el usuario realice toda su experiencia de navegación bajo una única página web, en la que tenga sus intereses, sus contactos, sus imágenes... es decir, la web 3.0 busca convertir la red social elegida en la puerta a infinidad de servicios.

De esta manera, el usuario tendrá “en la nube” un paquete de ofimática, servicios para videollamar, un correo electrónico, un chat inmediato, las imágenes suyas y de sus amigos, enlaces a alertas de las noticias y temáticas relevantes…y, por supuesto, publicidad.

La Guerra del 3.0 - Google contra Facebook

Evidentemente, esta aparición del 3.0 plantea la guerra entre Google, por un lado, y Facebook y Microsoft por el otro. Lo curioso, y lo más interesante de esta guerra, es que las fortalezas de uno, son las debilidades de los otros. Así, tenemos al maestro de las Redes Sociales, Mark Zuckemberg, con sus millones y millones de usuarios que comparten imágenes, estados y cultivan miles de plantas al día y su asociación con Microsoft que cojea, y mucho, con su Bing, pero que, por ejemplo, ya ha aportado las videollamadas a Facebook gracias a Skype (recordemos, compañía propiedad de Bill Gates).

En el otro lado, Google, el rey de las búsquedas, la empresa multiservicios que ha logrado dominar el tráfico de Internet, que cada modificación de su algoritmo trae de cabeza a millones de personas y que es la referencia por si alguien desea aparecer primero en las búsquedas de la red. Sin embargo, su navegador no es la referencia, como ocurre con Explorer, y cada intento de controlar el mundo de las Redes Sociales, o al menos de abrirse un hueco, ha sido un sonoro fracaso.

Está guerra, además, supondrá un cambio del modelo de negocio de una empresa acostumbrada a cobrar por todo: Microsoft. Si busca que sus productos en la nube sean referencia, debe olvidarse del cobro y apostar por el modelo Google, “te doy gratis todos los servicios a cambio de que tengas mi publicidad, personalizada, visible en todo momento”.

Sin duda, está guerra abierta y declarada, creará un antes y un después en el Internet que conocemos. Es posible que la gente se divida en facebuqueros y pluseros y que aunque una misma persona tenga perfiles en ambas Redes, se decante por una de ellas por todos los servicios que lleve incorporados. La Red que mejor adapte un criterio de seguridad estable, que ofrezca los mejores servicios en cuanto a sencillez de uso y calidad y que sea capaz de convencer al mayor número de usuarios, tendrá la fidelidad de los usuarios y, en consecuencia, sus perfiles, sus gustos y sus preferencias, lo que supondrá un mayor número de personas a la que mostrar una publicidad totalmente personalizada, acorde a sus gustos e intereses que producirá unos mayores ingresos.