La reciente suspensión de la salida a bolsa de Atento (la primera de las muchas salidas a bolsa del segundo semestre de 2011), filial de Telefónica, no ha hecho sino poner una nueva losa a las empresas filiales y a sus aventuras en bolsa. En este caso, la falta de confianza de los mercados (inversores institucionales, pues no había tramo para minoristas) ha provocado que Telefónica pliegue velas bajo la excusa de “condiciones poco favorables”.
Sin embargo, debo decir que me alegro de esta decisión, pues la historia de Telefónica y sus filiales no es, para el pequeño accionista, nada halagüeña.
Telefónica llegó a poner en el mercado tres filiales: TPI, Telefónica Móviles y Terra. Lo curioso, es que todas ellas recibieron OPAs de exclusión a precios inferiores a los de su correspondiente salida a bolsa, tal y como ha ocurrido, hace unas semanas, con Iberdrola e Iberdrola Renovables.
Lo cierto es que cuando esto ocurre, al pequeño inversor se le puede quedar cara de tonto ante un negocio a todas luces redondo para la empresa matriz, pues vende un día a un precio X, y unos años más tarde recompra a un precio X-descuento. La cuestión radica en que este tipo de operaciones, las OPAs de exclusión, no tienen salida posible para el inversor pequeño, que no tiene más remedio que acudir a dicha operación y recibir, en la mayoría de los casos, unos pocos papeles de la empresa matriz, porque encima, para más inri, no se pagan en efectivo, se pagan en papeles.
Así, las OPAs de exclusión sobre filiales que podemos encontrar son:
- Telefónica Móviles: salió al mercado a 11 euros; la exclusión se produjo a 10,64 euros. La diferencia mínima, pero diferencia a fin de cuentas, fue de un 3,27%.
- Terra-Lycos: la evolución de Terra en el mercado es digna de estudio en las Escuelas de Negocio, pues llegó a marcar un máximo de 157,6 euros por título (siendo la tercera mayor empresa del Ibex por capitalización bursátil) y un mínimo apenas superior a los 3 euros. La exclusión se produjo a 5,25 euros, una diferencia de 6,56 euros por título (la salida fue a 11,81 euros), equivalente a un 55,54%.
- TPI: Aunque en está ocasión no fue Telefónica (la británica Yell había adquirido el porcentaje de Telefónica y acudió al mercado para lograr el 100%), TPI también salió de la bolsa con un importante descuento. La operación se cerró en 8,25 euros, cuando la salida fue a 14,75. Es decir, 6,50 euros de diferencia o, lo que es lo mismo, un descuento del 44%.
- Iberdrola Renovables: En porcentajes similares de descuento a los de TPI ha concluido la OPA de Iberdrola sobre su filial. Lo curioso del caso, es que en la Junta General de Accionistas, un 89% del capital social (y un 74% de los minoritarios) aprobó la operación. Los pocos más de 3 euros ofrecidos en acciones de Iberdrola por los títulos de Renovables, dejan un mal sabor de boca a los que confiaron, desde el principio, en una de las empresas más prometedoras de la bolsa española.
Vistas las cosas, resulta muy difícil confiar en una filial. Lo cierto es que Telefónica ha hecho un gran negocio con sus filiales y el de Iberdrola también ha sido digno de mención. Lo más grave, es que ni el Estado ni la Comisión Nacional del Mercado de Valores decidan elaborar una regulación que defienda al pequeño accionista y que, al menos, obligue a ofrecer un mínimo sobre el precio de salida de la filial. Si no se hace, las filiales seguirán siendo un gran negocio para las matrices.
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